APPA (Asociación Protectora de Pequeños Animales) La Madriguera nació en noviembre de 2008 por iniciativa de tres mujeres para rescatar conejos y roedores domésticos y sensibilizar sobre sus necesidades. Está sostenida por personas voluntarias y por casas de acogida, que albergan a los animales hasta que encuentran su hogar definitivo. A lo largo de estos más de trece años, han salvado y mejorado la vida de más de 1.400 animales. Hablamos con su vicepresidenta y cofundadora, Eva Blasco.
MALTRATO SILENCIOSO E INVISIBILIDAD DE ROEDORES.
¿Puedes contarnos como surgió La Madriguera?
Beatriz G. Barderas, Marián Ballesteros y yo habíamos colaborado anteriormente con otras protectoras y decidimos crear la nuestra para poder ayudar mejor. Teníamos una idea bastante clara de cómo queríamos hacer las cosas tanto en relación con la gestión de las adopciones como en el protocolo a seguir con los animales. Nuestro objetivo era, y sigue siendo, ser muy rigurosas en nuestros procedimientos y poner al animal como máxima prioridad. A pesar de ser un trabajo no remunerado, nos esforzamos mucho por hacer las cosas cada día mejor, según vamos aprendiendo a través de la experiencia y la investigación.
¿Cuál es el objetivo principal de la asociación?
Tenemos dos objetivos muy importantes. Por un lado, rescatamos animales en situación de abandono o desamparo y les buscamos un hogar adecuado. No menos importante es la labor de concienciación y educación sobre los cuidados y necesidades de conejos y roedores domésticos, muy desconocidas por el público en general. En estos años hemos notado un cambio importante en este sentido y nos gusta pensar que hemos contribuido a ello en cierta medida.
¿Cuál es tu motivación para estar vinculada a La Madriguera?
Mi motivación es ayudar a los animales, especialmente a ciertas especies que muchas protectoras no quieren o no saben ayudar. Cuando empezamos casi nadie daba una oportunidad a los pequeños mamíferos. Cada vida, por pequeña que sea, merece nuestra protección. Creo que es importante poner en valor estas vidas que pasan tan desapercibidas incluso para muchos amantes de los animales. Los conejos y los roedores sufren un maltrato silencioso y oculto que se basa en la negligencia, la desinformación y el desinterés. Por suerte, cada vez hay más protectoras que les ayudan, pero siguen siendo animales bastante invisibles para las administraciones.
¿Qué especies rescatáis? ¿Cómo suelen llegar hasta la protectora?
Rescatamos conejos, cobayas, hámsteres, jerbos, ratas, ratones, degús, chinchillas, etc. que han sido abandonados. Nos llegan desde rescates en la calle, abandonos en clínicas o contenedores de basura, perreras, avisos de policía… Rara vez recogemos animales que tienen casa, porque damos prioridad a los que no la tienen. Pero algunas veces hay animales que, a pesar de estar a cargo de seres humanos, se encuentran en peligro de abandono o muerte. Ocasionalmente recogemos otros tipos de animales, pero, en general, preferimos derivar otras especies a protectoras especializadas.
PERSONAS VOLUNTARIAS Y CASAS DE ACOGIDA, EL MOTOR DE LA MADRIGUERA
¿Cómo funciona La Madriguera?
La Madriguera funciona exclusivamente con personas voluntarias. Todo el dinero que recibimos se gasta exclusivamente en los animales: básicamente, en gastos veterinarios, tanto por el protocolo sanitario que tenemos como para atender los distintos problemas de salud con los que llegan o que surgen posteriormente. No tenemos refugio. Las casas de acogida suelen pagar la manutención de los animales acogidos, aunque cuando recibimos donaciones las repartimos.
¿Cuál es vuestro ámbito territorial de acción?
Básicamente, la Comunidad de Madrid. No enviamos los animales por mensajería, hay que venir a recogerlos a Madrid capital. Las casas de acogida están en la provincia de Madrid y los animales proceden mayoritariamente de la zona también.
¿Tenéis suficientes casas de acogida?
No. Por desgracia, es el gran problema que tenemos, junto con la financiación, para poder ayudar a los animales. Es muy difícil encontrar casas de acogida para conejos y roedores. Al no tener refugio, el número de animales a los que podemos ayudar está limitado por el número de casas de acogida disponibles. Tampoco tenemos dinero suficiente para tener un refugio. A veces es muy frustrante querer ayudar con algunos casos muy graves y no poder.
Cada casa de acogida es un tesoro, pero es duro serlo porque, después de cuidar a un animal durante un tiempo, tienes que dejarlo ir. No todo el mundo es capaz. De hecho, muchas terminan adoptando a los animales acogidos, lo que nos alegra mucho por el animal adoptado, pero limita la capacidad futura de acoger de esa persona.
EL VALOR DE LA DIVULGACIÓN
¿Cuántas personas formáis parte del proyecto?
Ahora mismo somos seis voluntarias y varias casas de acogida. Al no tener personas contratadas, dependemos mucho de la disponibilidad de las voluntarias para todas las tareas de la asociación. La implicación y la motivación de las personas que la conformamos es lo que mantiene a la asociación en pie a pesar de las dificultades.
¿A cuántos animales habéis ayudado desde que nació la asociación?
Hemos dado entrada a 1.408, aunque también hay una labor de colaboración con otras protectoras para poder ayudar a animales a los que no podemos acoger. Aparte de eso, asesoramos a personas que buscan por su cuenta hogar a animales propios o ajenos y también respondemos toda clase de dudas o problemas que nos consultan. Personalmente, creo que la forma de ayudar a más animales es a través de la educación y del cambio de mentalidad en las personas. La labor divulgativa es fundamental.
¿Cuántos animales tenéis en adopción?
Ahora mismo, 46: 18 conejos, 15 cobayas, 6 jerbos, 4 ratas, dos ratones y un hámster.
COLABORACIÓN CON OTRAS PROTECTORAS
¿Crees que la población conoce lo suficiente las necesidades y las características de los roedores? ¿Qué te gustaría subrayar en este aspecto para que haya un mejor conocimiento de este tipo de animales?
Hay un gran desconocimiento sobre los cuidados básicos. Por ejemplo, el alojamiento que se suele proporcionar a estos animales suele ser inadecuado. La gente se guía por lo que venden en las tiendas. Pero muchos de los accesorios que se venden en las tiendas de animales no suelen ser aptos. Igualmente, la alimentación es un tema en el que mucha gente no está debidamente informada. Tampoco hay una cultura de llevarlos al veterinario, que además tiene que ser especialista en animales exóticos.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
Nuestros planes de futuro son, básicamente, seguir mejorando en lo que hacemos; seguir recibiendo el apoyo de nuestros socios, simpatizantes y de nuestras casas de acogida para seguir ayudando a animales necesitados y seguir educando y divulgando. Mucho más no es realista a día de hoy. Si tuviéramos mayor financiación o más casas de acogida y más voluntarios, nos podríamos plantear crecer o incluso tener un refugio. Pero, a día de hoy, no hay previsión de tal cosa, así que nos seguiremos centrando en hacer lo que hacemos cada día mejor.
¿Qué relaciones tenéis con otras asociaciones de ayuda y rescate de animales?
Tenemos colaboración con varias protectoras que se dedican a recoger conejos y roedores. También recogemos en ocasiones animales de protectoras que no saben atender a estas especies y nos piden ayuda. Igualmente, derivamos animales de especies en las que no somos especialistas. Somos integrantes de FEPA, que es una federación de protectoras, y estamos en estrecho contacto con otros miembros. Cuando hay un animal en situación de necesidad, se busca entre todos la mejor manera de ayudarlo.
¿Conoces FESA y la labor de las asociaciones que forman parte?
La verdad es que no lo conocía, pero me parece una iniciativa interesante. Los santuarios hacen una labor impagable. Ojalá hubiera más.
Belén Domínguez de Antonio
Periodista, trabaja en él Área de Educación del Museo Reina Sofía. A lo largo de su carrera ha trabajado en plantilla y como freelance en varias editoriales y en la Secretaría de Estado de Comunicación.
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